El reiki: un recurso alternativo para aliviar el estrés.

Priscilla Ingold—

Hoy en día, existe una amplia variedad de tipos de reiki.
Yo, como maestra y facilitadora, me centraré en contarte sobre Reiki Usui, la técnica que he aprendido y enseño con honor y amor a quien quiera aplicarla en su vida y en la vida de otras personas.
Reiki es una unión de dos kanjis japoneses. La escritura kanji es ideográfica. Esto quiere decir que no son letras ni sonidos, sino que cada kanji representa una idea.
La palabra Reiki proviene de dos kanji:
REI: que significa "Universal", "Vacío" o "Cosmos".
KI: que significa "Energía".
Entonces, unidos se traducen como energía universal, del vacío o cósmica.
Esta energía esta presente y disponible para todo lo que contiene el universo. Desde una bacteria hasta una estrella. Todo, absolutamente todo, tiene la capacidad de conectarse con esta energía, y nosotros también.
La técnica de canalización conocida como Reiki Usui fue creada por Mikao Usui a inicios del siglo XX. El maestro Usui la ofreció y la enseñó en Japón hasta su muerte y, se extendió a occidente a través de una de sus discípulas hawaiana, la maestra Takata.
Las personas formadas para facilitar reiki son simplemente un canal que permite el flujo de la energía cósmica hacia el cliente para trabajar en campos muy sutiles y energéticos de su cuerpo y propiciar la mejora de síntomas de todo tipo.
Para el reiki, la enfermedad física es la materialización de una distorsión que comenzó mucho antes en planos más sutiles: mental, emocional y energético. Por eso, aunque la enfermedad física ya esté instaurada, reiki trabaja en esos planos más sutiles e intangibles de las personas.
Al trabajar en campos sutiles, es una técnica complementaria que asiste cualquier tratamiento de índole nervioso con eficacia, desde estrés, insomnio, ansiedad, agotamiento y mucho más. Esto es así porque es una técnica altamente calmante y aporta a la relajación del sistema nervioso.
Cuando el sistema nervioso se relaja y pasa de simpático a parasimpático, el cuerpo físico experimenta fluctuaciones y las manifiesta en forma de llanto, risa o bostezo. De esta manera, libera tensión y restaura la armonía y la calma.
No es extraño que en una sesión de reiki la persona experimente estas expresiones del cuerpo físico al regularse su sistema nervioso. Para la facilitadora, no es extraño en absoluto y está preparada para acompañar estas descargas energéticas con amor y calma.
En mi caso en particular, al ser canal de energía en el momento de brindar reiki, también puedo recibir mensajes intuitivos en forma de palabras, imágenes, canciones y colores. Todos estos mensajes que pueda recibir, los comparto con mucho respeto y amor para que mi cliente utilice la información en su propio proceso de sanación.
Por ello, considero al reiki un recurso terapéutico que puede aportar al proceso de autoconocimiento y sanación ya que la información que llega en una sesión puede ser una punta de hilo o información esclarecedora que ponga luz sobre aspectos de la vida que el cliente esté preparado para abordar y continuar creciendo y evolucionando.
Y tú, ¿has probado reiki alguna vez?
