Enraizar para desarrollar la intuición.

una flor roja representando el chakra raiz

He pasado por muchas fases en mi camino del despertar espiritual.

Recuerdo que, al principio, hice algo que yo llamo*** bypass espiritual***: me desconecté del mundo material y me colocaba en una mentalidad en la que hacía un enorme esfuerzo por no sentir emociones intensas y con potencial de causarme desborde.

El problema de esto era que, aunque yo creyera que estaba haciendo un gran trabajo espiritual, en realidad me estaba evadiendo del verdadero camino de transformación que propone un despertar espiritual.

Nos desenraizamos o bloqueamos nuestra conexión con el mundo material porque duele demasiado.

Duele demasiado la realidad que propone el mundo actual. Duelen demasiado las vivencias pasadas y presentes. Duele demasiado seguirle el ritmo a una mente que anuncia y anticipa futuros desastrosos.

Nos evadimos. Preferimos no mirar lo que duele. Lo hacemos de mil maneras: exceso de redes sociales, exceso de series de televisión, exceso de comida, de compras, de tabaco o alcohol... incluso exceso de sexo y hasta exceso de horas de sueño. La búsqueda incesante del placer inmediato, de la dopamina que me hace olvidar, aunque sea por un segundo, de que estar encarnada implica experimentar todo el abanico de emociones.

Pero, para crecer y trascender el dolor, es necesario mirarlo, respirarlo, pasarlo por el cuerpo y soltar(me) en el proceso.

Al principio, haciendo este camino, desarrollé mi intuición desde una perspectiva puramente mental. Así había actuado desde que tengo uso de memoria: racionalizándolo todo.

Recuerdo que fue una frase de mi madre, ante un proyecto que tenía y que deseaba ejecutar para liberarme de una realidad que me oprimía y me encarcelaba, que hizo un efecto extremo en mi.

Fue como si me quitara la alfombra voladora en la que iba volando alto para comenzar a caer a una velocidad vertiginosa, en picado hasta estamparme contra el suelo y, tal vez, ahuecar la tierra en un pozo más o menos profundo.

Ahí, recién ahí, comenzó mi verdadero despertar espiritual y, poco a poco, he aprendido a enraizar para ser un verdadero canal de información valiosa.

Hoy sé que soy un canal que expresa la información que recibe en múltiples formas. Formas que hacen vibrar a mi alma en gozo y gracia: comunicar hablando, compartiendo, bailando, cantando, escribiendo, pintando.

Sigo desarrollando mi capacidad de enraizar. Me lo tomo como la oportunidad de generar un vínculo con la Gran Madre Tierra que me recibe en ella y me ama incondicionalmente. Procuro sentir mi conexión con ella desde mi chakra raíz y mis pies, y procuro sentir su energía y su amor ascendiendo por mi cuerpo para quedarse en mi corazón, activando ese amor compasivo e incondicional el mí.

Puede que sea un entrenamiento para toda la vida, que así sea.